miércoles, 10 de marzo de 2010

Kristilandia

Kristilandia queda en cualquier calle, no sé el número de puerta pero sí la motivación. Kris es una señora bien arreglada pero de malos modales que dice blanco y hace negro.
A veces me echo sobre el césped bajo un túnel de árboles tratando de olvidarla para no enloquecer.
Argenlandia no es sinónimo de Kristilandia, aunque en el presente la diferencia es sutil, difusa. Ella no es dueña de sus palabras y creo que tampoco de todos sus actos. Cree que todos los que pensamos diferente la odiamos, somos sus enemigos.
En estos momentos, mi país es un bife de chorizo que se desangra falto de cocción.