No me encuentro en el espejo, debo estar en otro lugar. La lluvia fatiga las banderas y la patria destiñe su celeste cielo.
Miro hacia la calle sabiendo que es tiempo perdido. Estás lejos de mí, muy dentro de ti mismo y tus consecuencias. Cómo me gustaría amarte.
Tal vez tu egoísmo haga que mires la misma lluvia y la misma bandera, desde otro sitio, sólo como un día más.
En uno de los espejos de tu mansión, aparece mi rostro con absoluta nitidez.
jueves, 11 de febrero de 2010
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